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Convertir las cenizas de un ser amado que partió físicamente en una joya se trata de una opción íntima y simbólica que muchas familias escogen para mantener cerca un recuerdo hermoso.
Los diamantes con cenizas humanas son gemas sintéticas que se crean a partir del carbono extraído de las cenizas (o del cabello) y talladas como un diamante tradicional.
Veamos cómo funciona el proceso, qué materiales se utilizan, qué exige la legislación y más preguntas frecuentes, con el enfoque respetuoso y afectuoso que nos caracteriza en Grupo Arriaga.
No existe una ley federal donde se prohíba expresamente transformar las cenizas en joyas; aquí lo importante es que la cremación y la entrega de cenizas se tienen que haber realizado según la normativa (certificados, consentimientos, etc.).
Empresas y laboratorios que hacen los diamantes con cenizas humanas tienden a exigir la documentación y cadena de custodia para asegurar la legalidad y respeto. Si tienes alguna duda es mejor consultar con tu funeraria de confianza o con las autoridades locales.
El material principal es el carbono puro extraído de las cenizas o del cabello. Las empresas especializadas purifican ese carbono y lo utilizan como una «semilla» para cultivar un diamante en condiciones de alta presión y temperatura (o a través de técnicas de CVD/HPHT), logrando una gema auténtica que después se talla y certifica.
La cantidad de ceniza que resulta después de una cremación varía mucho por el proceso y el peso de la persona, pero si tenemos que mencionar un resultado cercano está entre 1.5 y 3 kg. en promedio. Pero cabe destacar que, para fabricar un diamante con cenizas humanas, los laboratorios piden una fracción de esa muestra.
Los especialistas de laboratorio, comúnmente, necesitan alrededor de 2/3 de taza de cenizas o una pequeña muestra de cabello para comenzar con el procedimiento. Las peticiones exactas cambian dependiendo del proveedor.
Sí. Diversas casas especializadas trabajan con cenizas o pelaje de animales y ofrecen, no solo diamantes con cenizas humanas, sino de animales, como un memorial.
La práctica es más habitual de lo que se cree y existen laboratorios que utilizan protocolos específicos para las cenizas de las mascotas.
No olvides consultar las condiciones y los tiempos con el proveedor que elijas para este proceso.
Estas gemas tienden a utilizarse en anillos, colgantes o como piezas únicas para llevar consigo el recuerdo, todo el tiempo. También pueden funcionar como piedras conmemorativas en joyas familiares o como parte de un legado afectivo.
Aparte de su valor simbólico, diversos clientes aprecian la durabilidad y la posibilidad de personalizar el color, tamaño y la certificación.
Como ya mencionamos, los laboratorios suelen pedir 2/3 de taza de ceniza, pero depende mucho del laboratorio elegido, porque algunos piden media taza y otros de 100 a 200 g.
La cantidad depende mucho del tamaño, del color deseado del diamante y de la técnica que se va a utilizar. Por esta razón, es conveniente revisar las especificaciones antes de contratar el servicio.
Esta idea de extraer carbono de cenizas humanas para crear gemas apareció y se desarrolló en la década del 2000; desde ese entonces distintas empresas han perfeccionado los procesos que aíslan carbono y cultivan los diamantes con cenizas humanas en laboratorio.
Hoy en día existen laboratorios certificados que otorgan este servicio de forma internacional.
Los diamantes con cenizas humanas se tratan de una alternativa íntima para honrar al ser amado que partió físicamente, otorgando un objeto tangible que contiene una historia y recuerdos hermosos.
Si estás considerando esta opción, acércate a una funeraria de confianza, como Grupo Arriaga, para que obtengas información clara sobre los requisitos, tiempos y certificaciones.